30/1/14

Monóxido de dihidrógeno: compuesto peligroso, ¡evítalo!



Seguro que sabéis que en multitud de blogs y medios de comunicación relacionados con la belleza se critica el uso de sustancias como los parabenos, el uso de aceite mineral, de aluminio, etc. Ahora bien, ¿sabías que el monóxido de dihidrógeno causa multitud de muertes al año? Y...¿que está presente de manera masiva en tus cosméticos? Vamos a ver por qué, qué es y por qué lo mejor es evitarlo.

¿De qué se trata?

El monóxido de dihidrógeno en su estado líquido (que tiene en condiciones normales) tiende a tener  un tono entre azul y verde, es inoloro e insípido. Es una molécula polar y es un disolvente muy potente, es tan potente que se lo considera disolvente universal (1) y afecta a una multitud muy amplia de sustancias (2). Aunque no es combustible tiene el segundo índice de capacidad calórica específica (solo por detrás del amoníaco) así como una entalpía de vaporización muy elevada (3). En los cosméticos que usamos habitualmente cumple un conjunto de funciones muy amplias, además su presencia es masiva. Ahora bien, ¿por qué evitarlo?

Monóxido de dihidrógeno: ¿peligroso?

Aunque per se no se lo considera tóxico ni cancerígeno (¿aún...?), forma parte de una variedad de sustancias tóxicas. Entre sus peligros se encuentran:

  • La posibilidad de causar quemaduras graves, especialmente en su estado gaseoso (4).
  • Puede causar la muerte por asfixia (5).
  • Puede ser el canal de muchos elementos contaminantes y tóxicos (6).
  • Puede causar sudoración excesiva y vómitos (7).
  • Se ha encontrado en tumores de pacientes con cáncer (8).
  • La inhalación accidental así como otras circunstancias de exposición al mismo pueden llevar a la muerte, como lo puede hacer simplemente su ingesta, incluso en cantidades relativamente pequeñas (9).

Además su uso extensivo en otras áreas de la cultura humana ha provocado que tenga efectos devastadores como:
  • Se ha encontrado su presencia en multitud de medios acuáticos naturales, con las consiguientes consecuencias (10). Por ejemplo su presencia es muy alta en la Antártida, algo muy preocupante ya que podría tener un papel crucial en el desarrollo del calentamiento global (11).
  • Acelera la erosión del terreno (12), la oxidación de metales (13), es uno de los mayores componentes de la lluvia ácida (14), puede causar fallos eléctricos y desmejora la correcta función de los neumáticos sobre la carretera (15), etc.
  • Lo podemos encontrar como solvente industrial y congelante, en plantas nucleares (16), se ha usado en multitud de experimentos en animales (17), se usa en pesticidas y es uno de los componentes por ejemplo del ácido sulfúrico o de la nitroglicerina (18), así como en multitud de comida basura por ejemplo.
  • Además por último ha sido causante de multitud de desastres naturales (20).

Como veis es un compuesto con muchos riesgos, algunos de ellos tan solo a causa de su inhalación o incluso a través de la exposición tópica. Los casos de muerte por ahogamiento por exposición al monóxido de dihidrógeno son infinitos. Si investigáis un poco encontraréis multitud de grupos pidiendo su prohibición así como una mayor movilización a la hora de comunicar sus efectos y lograr informar así a la población de los riesgos que conlleva su alta presencia en nuestras vidas. A su vez hay muchas personas criticando la mala gestión gubernamental y es un caso clásico cuando se critica la injerencia de inclinaciones económicas y que no atienden al bien común en el ejercicio de la ciencia. Algunos de los personajes más conocidos en su contras son Nathan Zohner, Eric Lechner, Lars Norpchen y Matthew Kaufman.

En el año 1989 Eric Lechner, Lars Norpchen y Matthew Kaufman hicieron públicos los riesgos de esta sustacia pegando fotocopias con su nombre y efectos a lo largo de toda la universidad de California. Esto tuvo cierto impacto pero fue reducido, los movimientos sociales se empezaron a dar realmente a partir del año 1997 (aunque en ese entonces ya existían grupos sociales de crítica) cuando Nathan Zohner, entonces un chaval de 14 años, decide usar el tema para un trabajo de su asignatura de ciencia. El trabajo se llamó...

How Gullible we are?

"¿Qué tan crédulos somos?". Consiguió 43 votos para prohibir la sustancia de cada 50 personas entrevistadas. Gracias a su trabajo consiguió el primer premio como reconocimiento a su labor de análisis en la feria de ciencias de su instituto, la "Greater Idaho Falls Science Fair". Lo importante es que a raíz de la prensa nacional la problemática adquirió reconocimiento.


Comportamiento habitual donde nos exponemos a una alta dosis de monóxido de dihidrógeno.

Desde entonces en el ámbito estadounidense se acuñó el término "zohnerism" al uso de hechos científicamente aceptados/probados para dirigir a las personas ignorantes en ciencia y/o matemáticas a conclusiones falsas. Consumimos monóxido de dihidrógeno a diario, nos duchamos con él, nadamos en él y es indispensable para nuestras vidas. Pero a la vez todo lo anterior es cierto. Porque "monóxido de dihidrógeno", como podéis imaginar, es la nomenclatura de algo que con otro nombre nos es muy conocido: agua :)

Esta broma, muy longeva, quizá ya la conocíais. Pero no pude dejar pasar la oportunidad de publicar algo tan ilustrativo y creo que coherente con los contenidos del blog, y más en esta forma que, si caes, te deja ver de manera muy potente que hay que ser prudentes, que tiene valor al menos reconocer las faltas y también muestra a las claras con qué juega gran parte de la publicidad cosmética (¡así, en grandote!)


Y vosotros, ¿estáis a favor de la prohibición del monóxido de dihidrógeno? ;)

27/1/14

MAC Cleanse Off Oil vs. Deliplús Gold Progress Aceite Desmaquillante



Seguro que habréis oído que lo mejor para disolver el maquillaje es un producto oleoso. Pues bien, los aceites desmaquillantes mezclan una gran capacidad de limpieza con la hidrosolubilidad. Pero el producto final en cada caso difiere aunque guarden un funcionamiento similar, como ocurre con el Aceite Desmaquillante Deliplús Gold Progress y el Cleanse Off Oil de MAC.

¿De qué se trata?

Los aceites desmaquillantes son un producto simple pero efectivo: se trata de incorporar surfactantes a una base de lípidos con la finalidad de hacerlos hidrosolubles, es decir, para conseguir que se emulsionen y que se retiren sin dejar residuo. Por esto los aceites desmaquillantes se usan en seco, paso en que se mezclan con el propio sebo y el maquillaje disolviéndolos y posteriormente los emulsionamos con agua, volviéndose con ello un líquido que se retira muy fácilmente. Por lo general no dejan ni residuo graso ni suciedad, sebo o maquillaje sobre la piel aunque como podéis imaginar depende de la fórmula en concreto, hay aceites que se emulsionan más o menos y normalmente esta clave es la que se modula a la hora de formular para pieles más secas o más grasas. No tienen por tanto nada que ver con el método de limpieza con aceites naturales, donde se usan los aceites per se y que es mucho más engorroso.


Este aceite de Deliplús es por tanto un aceite desmaquillante que "desmaquilla, limpia e hidrata rostro, ojos y labios, eliminando los restos de suciedad e incluso los maquillajes resistentes al agua".  Además incluye un reclamo idiótico tal como que incluye "Golden Collagenine" que supuestamente "devuelve juventud y frescura a la piel". El producto efectivamente lleva oro coloidal al final de la fórmula pero esto es un caso perfecto de "pixie-dust" e ingrediente de efectividad nula, además me resulta un poco ridículo que un producto de este nicho use esta clase de publicidad pero bueno, en suma: irrelevante.

El bote es muy cómodo porque incluye dispensador y en concreto el dispensador es de los que se bloquean al girarlos, con lo cual se puede llevar de viaje sin problemas (o al menos yo no he tenido problemas y suelo viajar cada pocos meses). Tiene 240 ml y una caducidad de 12 meses.


En el caso del producto de MAC hablamos de un aceite desmaquillante "súper efectivo y muy suave para la piel. Formulado con ingredientes botánicos, como el aceite de oliva, de rosa y de semilla de soja. 100% sin aceite mineral.", promete arrastrar todo el maquillaje y es adecuado, según la marca, para todo tipo de piel. Si sois lectores del blog ya sabréis que el que no incluya aceite mineral no es necesariamente un reclamo bueno (ni malo, tampoco, a priori) y que los extractos como si no estuvieran.

Igualmente incluye dispensador que se puede bloquear, una caducidad de 24 meses y en este caso, 150 ml.

Olor&Textura

La mayor diferencia que notamos al usar ambos productos es que el producto de Deliplús es mucho más denso que el de MAC, pero mucho. No es como un aceite de oliva, es mucho menos denso, pero en sensorialidad en general el de MAC gana por goleada, pues no solo su textura es más fina y más fácil de trabajar (y cunde más, yo uso una pulsación de producto con el de MAC y dos con el de Deliplús) sino que su aroma para mi gusto es mejor, huele cítrico-amaderado, es un olor muy calmante. El de Deliplús huele a lo que huele toda la línea de argán de la marca, que a mí personalmente a medio plazo se me hace muy, muy pesada y dulce. Destaco lo del olor porque creo que en el de Deliplús es bastante fuerte y al ser dulce, puede llegar a agobiar.

Mi experiencia

Yo para desmaquillar hace años que uso aceites desmaquillantes porque...

(1) Te ahorras un sinfín de algodones (tiempo + energía + dinero).
(2) Son especialmente efectivos para retirar los productos con SPF, ya que la mayoría de filtros solares son liposolubles.
(3) En un paso retiras desde el protector solar a la máscara de pestañas.
(4) La textura aceitosa permite masajear suavamente las pestañas hasta que la máscara se disuelva reduciendo el riesgo de arrancarse alguna por el camino. 

Ninguno de los dos dejan sensación o residuo graso y de hecho a mí me resecan, con lo cual por ejemplo que el de Deliplús esté especificamente dirigido a pieles secas es absolutamente irrelevante, estoy segura de que debe de funcionar hasta en las pieles más grasas sin dejar residuo alguno. Como podéis imaginar viendo cómo funcionan no solo desmaquillan sino que también limpian, porque en realidad desmaquillar y limpiar son la misma cosa así que yo cuando voy maquillada lo utilizo como paso único de limpieza, es decir, no me aplico ningún gel posterior, ni uso agua micelar, ni nada; en mi piel y probablemente en muchas es más que suficiente para limpiar del todo, son considerablemente más efectivos que los geles al agua que he usado. Ninguno me ha dado acné.


El de Deliplús lo he probado con todo tipo de maquillajes (aunque lo más pesado que he usado en bases desde hace años es la BBCream de Missha, Perfect Cover; creo que lo llegué a usar con la Studio Fix Fluid pero no estoy muy segura), no sé cuántos botes he gastado, llevo usándolo muchísimo tiempo, años. Cunde muchísimo, fácilmente 7-8 meses o más y yo me maquilllo muy a menudo, no todos los días pero casi. A veces tengo que añadir una tercera pulsación si llevo ahumados fuertes. Luego con mojarse las yemas de los dedos se emulsiona y con una pasada de agua se retira completamente.


En el caso del Cleanse Off Oil de MAC a mí el olor algo amaderado/cítrico que tiene  me gusta mucho y me aporta un placer sensorial a la hora de desmaquillarme por las noches, además limpia un poco mejor (se resuelve insistiendo un poco más, lo he notado más que nada con productos de ojos waterproof y algún labial muy fijo, en lo demás nada, incluso con algún producto me ha parecido que quizá el de Deliplús lo quita mejor...esto no es más que una señal de que su efectividad es muy similar) y también cunde mucho, la menor cantidad en mi caso se compensa con que uso menos producto. Ahora bien por esto mismo quizá me resulta mucho más agresivo en los ojos que la opción de Deliplús, con el de MAC me queda los ojos irritados de manera obvia y durante un tiempo de unos 30 min tras el desmaquillado, cuando llevo máscaras wateproof es peor porque tengo que frotar más pero me pasa en general con todo. Personalmente más allá de cuestiones sensoriales la única ventaja que le veo al de MAC es que se emulsiona mucho mejor, se vuelve líquido mucho más rápido, además realmente se vuelve un líquido, el de Deliplús no llega nunca a verse tan líquido y lechoso. Además añadiendo poca agua se vuelve una especie de gel muy denso que es algo asquerosillo, pero viene bien para frotar las pestañas y acabar de llevarse todo. Pero hablamos de una diferencia de segundos, en la praxis es bastante irrelevante la verdad, el de Deliplús se retira peor pero eso no implica que lo haga "mal". 

El de MAC incluye 150 ml y cuesta unos 24€ mientras que la opción de Deliplús tiene 240 ml y cuesta unos 6€ más o menos, es decir que el de MAC cuesta nada menos que unas seis veces más. Incluso si tienes que gastar quince segundos más en frotarte las pestañas creo que semejante diferencia de precio compensa. Yo personalmente me quedo con el de Deliplús, usé el de MAC hace mucho y solo recordaba la textura y el olor (os confieso que le tengo una manía al olor de la opción de Deliplús y que fue mi principal motivo para querer cambiar, acabé algo harta; ¡ya sabéis que soy muy quisquillosa para los olores!) y ahora tras haberlo probado un tiempo tengo claro que no lo volveré a comprar, creo que no compensa para nada, aunque a la mayoría no os vaya a irritar, la diferencia de precio es brutal y la calidad sin embargo no está tan lejos entre un producto y otro.

Precio y dónde comprar: esta es una de las partes negativas, y es que el de Deliplús solo se puede adquirir en supermercados Mercadona y tiene un precio aproximado de 6€, podéis consultar los puntos de venta aquí. El de MAC por su parte cuesta 23,5€ y lo podéis comprar, también, en los puntos de venta de la marca.

¿Os gusta el formato? ¿Habéis probado estos productos, tenéis algún favorito?

12/1/14

Skin 101: Extractos botánicos | Hierbas y otros mejunjes: ¿útiles?


Destilando aceites esenciales [Fuente]

Los extractos botánicos son uno de esos ingredientes añadidos a los cosméticos muchas veces sin ninguna clase de mesura (esas listas de ingredientes a reventar de extractos de toda clase de nombre impronunciable y relevancia altamente dudosa...) y en multitud de ocasiones sin, tampoco, ninguna clase de mesura cuando hablamos de efectividad. Muchas veces la mesura es totalmente paupérrima (un estudio de calidad epistémica bastante cuestionable y relevancia nula, por ejemplo...) pero como casi siempre la realidad tiene más gris que alto contraste. Cuándo, cómo, por qué son útiles los extractos botánicos; qué son, cómo se extraen. En definitiva: hierbas y otros mejunjes, ¿útiles?

Llamamos hierbas a extractos de plantas diversos que tienen bien un uso médico o bien propiedades sensoriales relativas al sabor o la fragancia. Las hierbas tienen un uso muy longevo en la historia de nuestra especie, hace tanto como en el año 10.000 a. C se usaban ya aceites y ungüentos para suavizar la piel y enmascarar el olor corporal. Por ejemplo, los antiguos egipcios refrescaban su aliento mascando hojas de tamarisco y creaban perfumes usando mezclas de aceites esenciales tales como el aceite esencial de mirra, camomila, rosa, y cedro combinados con aceites vegetales tales como el aceite de oliva, de almendras, o de sésamo. Las plantas sin embargo en muchas ocasiones están lejos de ser inocuas o de simplemente no causar efecto alguno. Muchos medicamentos se extraen de hierbas, por ejemplo la tubocuranina suele ser el componente principal del veneno curare, un nombre genérico para diversos venenos que los nativos de América del Sur usan en sus flechas; se extrae de la planta Chondrodendron tomentosum. Hoy en día la usan los anestesistas como relajante muscular. La morfina se extrae originalmente de la planta Papaver somniferum L. Muchos de los tratamientos usados contra el cáncer, como el Paclitaxel (obtenido a partir del árbol Taxus brevifolia) se obtienen de plantas. 

Las plantas tienen la capacidad de sintetizar una cantidad muy vasta de metabolitos primarios (carbohidratos, proteínas...) y secundarios (más específicos, suelen considerarse dentro de este grupo los polifenoles, terpenoides, flavonoides...).  Estos últimos cumplen funciones muy variadas, desde repeler insectos a servir como anti-microbianos. Justamente esta gran variedad de sustancias que encontramos en las plantas, algunas de gran complejidad química, son las que aprovecha el hombre de maneras diversas pues no solo usamos hierbas bajo un uso medicinal sino que les hemos dado usos variados tales como ayudarnos en la agricultura o ayudarnos a comprender mejor a partir de su actividad biológica cómo enfermamos, por ejemplo cómo nos atacan ciertas enfermedades. En cualquier caso está claro que las plantas pueden aportar beneficios variados, incluso beneficios médicos...¿ocurre lo mismo cuando hablamos de cosmética? Hoy en día encontramos extractos botánicos en multitud de productos cosméticos, y la realidad es que la mayoría de las veces no le aportan nada funcionalmente hablando...¿hay casos, sin embargo, donde sí aporten algún beneficio?

Seleccionar la planta de origen

La selección de la planta debe basarse en el conocimiento etnobotánico de la misma o bien en la literatura científica pertinente en lo concerniente a su efectividad. Es decir, lo primero es decidir la clase de beneficios a conseguir y elegir el tipo de planta que puede proporcionarlos. Ahora bien, hay una multitud de factores que condicionan la concentración y calidad de los ingredientes activos pues frente a los compuestos sintéticos que están estandarizados los extractos naturales pueden variar debido a las características de solubilidad, estabilidad, fármacocinéticas, farmacológicas y de toxicidad de los activos de interés. Algunas de estas condiciones de variabilidad son:

1. El entorno natural de crecimiento de la planta, incluyendo elementos como el clima, hábitat, la condición del terreno, tipo y cantidad de fertilizante usado, pestes, estación en que se recoge la planta, etc. condiciona la composición única de cada planta en concreto.
2. Naturalmente la actividad biológica del extracto es co-dependiente de la propia salud de la planta, la planta de origen debe de estar sana.
3. Es importante elegir bien la parte de la planta que se usará para extraer el activo, pues la concentración y/o efecto del mismo puede diferir si hablamos de las flores, frutos, rizomas, etc.

Normalmente las plantas de origen no son salvajes sino que se recurre a métodos de cultivo controlados. El motivo no solo es económico sino también de seguridad ya que la recogida de plantas salvajes eleva el riesgo de seleccionar una especie incorrecta y principalmente de incluir en la recogida especímenes impuros, insanos, etc. Los métodos analíticos de cultivo y recogida, por tanto, aseguran que se conozca con mayor facilidad la condición y pureza de la planta. Este es normalmente uno de los primeros pasos de la estandarización. Además finalmente si se tiene una ética empresarial mínima antes de recurrir al uso de extractos se tendrá cuidado en no recurrir a especímenes en riesgo de extinción. Es también un problema extensible al resto de la industria cosmética pero especialmente en la industria del perfume el uso de extractos es excesivo, lo que a la postre puede llevar a la ya mentada extinción. Esta clase de comportamientos está especialmente relacionado con la recolección de plantas salvajes. Normalmente encontraremos siempre los mismos extractos en la mayoría de productos y estos en concreto tienen una gran industria detrás que los produce de manera masiva, ahora bien, si optáis por la cosmética natural por motivos ético-ecológicos os interesará lidiar con esta problemática. Para más información sobre este tema podéis consultar la página de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flores Silvestres.

Extracción

Normalmente la planta se somete a un proceso de deshidratación hasta reducir el contenido de agua a menos de un 10%, lo que equivale a una pérdida de masa de entre un 60-80%. En este proceso los activos se híper-concentran hasta tres o cuatro veces más respecto del peso total de la planta de origen. En algunas ocasiones se necesita usar la planta fresca ya que el proceso de secado puede destruir algunos compuestos.

El primer paso posterior es preparar el material para la extracción, para ello se suelen ser eliminar las partes de la planta que no interesan y a continuación se suelen picar en trozos pequeños las partes que contienen el activo para luego molerlos. En este paso suele ser importante evitar cualquier tipo de estrés térmico así que curiosamente no es poco frecuente que se empleen molinos con nitrógeno líquido en un proceso que se llama molido criogénico.

Cuando tenemos el material de origen preparado empieza el proceso de extracción en el sentido más estricto. El fin de la extracción es incrementar la potencia del activo y elevar al máximo la pureza del mismo. Normalmente se suelen utilizar solventes, pero hay tres métodos principales:

(1) Extracción con agua, en este proceso se somete simplemente a la planta a una maceración (con agua fría) o una infusión (con agua caliente). Este proceso es efectivo cuando lo que queremos es obtener moléculas hidrosolubles. El uso de agua caliente tiene la ventaja de que a la vez esteriliza el producto pero también es inadecuado en muchos casos ya que las altas temperaturas pueden inducir diversas reacciones químicas indeseadas.

(2) Extracción con solventes. Es la más común. Los solventes empleados son muy variados, podemos encontrar desde el etanol a la acetona, el isopropanol, etc. Este método es más efectivo naturalmente para extraer aceites o ceras, y en el caso de querer extraer sustancias hidrosolubles se recurre a veces a mezclas de alcohol y agua. El uso de solventes presenta el problema de la pureza, y es que en algunos casos es importante asegurarse de que el extracto final está bien purificado, es decir, que no quedan residuos de los solventes usados. Esta opción suele tener la problemática de que es poco ecológica. Para intentar solventar este problema se ha recurrido al uso de CO2 supercrítico (se llama así al dióxido de carbono comprimodo, que se vuelve líquido). Lo que se hace justamente es llevar a cabo este proceso de "compresión" y es efectivo para extraer compuestos no polares como los carotenoides y aceites esenciales.

(3) Destilación al vapor. Este método se usa para extraer componentes volátiles, ha sido usado de manera longeva para extraer por ejemplo aceites esenciales.

Seguridad y estandarización

Para ambos fines se emplean los llamados métodos analíticos que incluyen la cromatografía líquida de alta eficacia (o HPLC, por su nombre en inglés) o hasta cierto punto la cromatografía de gases (GC). Son herramientas muy útiles para asegurar la pureza/seguridad del compuesto final así como para determinar la cantidad del activo presente.

Los compuestos indeseados a evitar son variados: fungicidas, pesticidas, compuestos aromáticos policondensados, metales pesados, aflatoxinas así como compuestos específicos de la planta de origen con efectos tóxicos conocidos, etc. Como comentamos lo que posibilita que los extractos pueden ser médicamente útiles por ejemplo es que las plantas generan metabolitos con diferentes efectos, lo cual  a la luz de la seguridad presupone de antemano romper la relación ingenua entre "natural" y "seguro". Por ejemplo es un tema controversial dentro de la medicina tradicional china el hecho conocido de que hasta un tercio de las personas que recurren a ella sufren problemas de hepatotoxicidad, problemas teratogénicos o por ejemplo es muy frecuente la dermatitis por contacto. Además la presencia de anomalías congénitas es mucho mayor cuando se recurre a esta clase de hierbas durante el embarazo. Naturalmente el tipo de hierbas que se emplean con fines médicos y las que se usan con fines cosméticos suelen ser muy diferentes, pero aun así eso no quiere decir que solo por el hecho de ser "naturales" sean seguras, como quizá sabréis arraigado por algún motivo extraño y por supuesto falso mito. Como ejemplo más cercano a la cosmética los extractos suelen causar en mayor medida que otros compuestos reacciones alérgicas, en gran parte gracias a la alta incidencia de reactividad cruzada con otras hiebas, por ejemplo de 106 personas afectadas de dermatitis, 12 resultaron alérgicas al aceite de árbol de té y de esas 12 todas tuvieron una o más reacciones a otras diez hierbas diferentes [Jancin B . ( 2002 ) Cross - sensitivity in tea tree oil allergy . Skin Allergy News Mar , 38]

Ahora bien un problema diferente es la estandarización, y especialmente relativo a la cosmética es muy importante porque tiene mucho que ver con la posible efectividad de los extractos. Llamamos estandarización al hecho de que cada lote producido tenga de manera consistente y medida la misma cantidad de compuesto objetivo (o clase de compuesto objetivo). Es decir, a garantizar que el compuesto de interés está presente dentro de cierto rango o por encima de cierto nivel mínimo en cada lote final puesto a la venta. El problema en la cosmética es que se usan muchos compuestos no estandarizados, que normalmente tiene un fin únicamente publicitario. A veces los exámenes que se hacen para asegurar esta supuesta estandarización/eficacia (en cierto sentido) los lleva a cabo la misma empresa bien en sus propios laboratorios o bien mediante laboratorios "independientes" que la propia empresa contrata. Eso no quiere decir que todas las empresas falseen sus datos pero lo que garantiza cierta objetividad mínima dentro de la ciencia es la revisión por pares, que es en realidad el fundamento de la ciencia moderna o al menos uno de sus fundamentos principales. En resumen, importa y mucho la calidad y tipo de fuente que lleva a cabo la estandarización/estudios sobre el compuesto, y que en cosmética se suelan usar compuestos no estandarizados es muy significativo.

Cabe mencionar además que en general la comprensión sobre el efecto e interección de las hierbas a día de hoy es algo bastante desconocido, esto afecta principalmente a su uso médico pero es extensible al uso que se hace de ellas en cosmética, y, además la posible regulación es más bien exigua: los extractos botánicos que se usan en los cosméticos están considerados por la FDA como aditivos alimentarios o suplementos dietéticos. Ahora bien, esta categorización implica que se permite su libre comercio en la medida en que no se los considera drogas/medicamento, por ello no existe ningún estándar relativo a la potencia, concentraciones permitidas, seguridad, eficacia, etc. En Alemania está presente la "Comisión E" que es a día de hoy el mejor organismo existente en lo que se refiere a medir la calidad de la evidencia clínica y la seguridad tópica de varias hierbas, pero están reguladas aproximadamente unas 300. Estas instituciones, especialmente la alemana, tienen fines más bien médicos. No existe por tanto ninguna institución que garantice, por ejemplo, la calidad epistémica de los estudios con que se pretende fundamentar el uso de hierbas en el campo cosmético o que regule la clase de reclamos que acompañan su uso, etc. Hay algunos estudios pero el control sobre este tipo de ingredientes es, en definitiva, (algo más...) difuso.

Para acabar esta sección e ilustrar también por qué el uso de extractos en cosmética tiene fines principalmente comerciales cabe mencionar un caso práctico: la empresa Viadent usaba Sanguinaria Canadensis como un ingrediente anti-placa en sus dentífricos y enjuagues dentales. A pesar de que existían exámenes clínicos que demostraban la seguridad del compuesto un estudio conducido por investigadores de la Universidad de Ohio mostró una fuerte correlación entre el desarrollo de leucoplaquia oral (lesiones en la boca potencialmente cancerígenas) y el uso de productos orales que contenían dicha hierba. Varios estudios posteriores llegaron a la misma conclusión. Sorprendentemente, otros estudios indicaron sin embargo que la Sanguinaria Canadensis...parecía tenes propiedades anti-cancerígenas. Esto no hace más que mostrar cuán complicado y confuso es el aspecto toxicológico en lo relativo a las hierbas y es un motivo más por el cual en cosmética se suelen usar en muy bajas concentraciones y principalmente como reclamo publicitario, pues al final la seguridad solo la garantiza el uso a largo plazo. Cuando Colgate-Palmolive compró la marca eliminaron la sanguinaria de la composición de los productos.

Eficacia

Esta sección es o muy sencilla o muy complicada, porque al final en todos los casos la función es más o menos la misma. Principalmente los estudios hechos donde se ha visto que ciertas hierbas son efectivas han sido estudios con miras a su uso médico, lo cual aquí no nos interesa. Fuera de eso la realidad es que casi la totalidad de estudios relevantes para el uso de extractos botánicos en cosmética que mostraron algún resultado consistente lo hicieron en función de la capacidad antioxidante del compuesto estudiado, es decir, que principalmente, cuando son efectivos, actuarían como antioxidantes (y son pocos casos y en general conocidos, principalmente se ha estudiado el efecto de los fenoles del té verde). Aparte de eso hay algunos que sirven como emolientes y finalmente algunos extractos en ciertas condiciones tienen propiedades despigmentantes/blanqueantes. Los más estudiados son naturalmente los extractos de té verde, rojo y negro, las isoflavonas de la soja y la raíz de regaliz. Citaremos algunos que tienen propiedades medianamente relevantes más allá de ser antioxidantes, ahora bien, tened en cuenta que muchos (casi todos) de ellos son estudios pequeños, no han sido replicados, tienen un impacto bajo, etc.:

Aloe (Aloe Barbadensis, A. Capensis, A. Vera)

El aloe puede dar reacciones cruzadas en personas alérgicas al ajo o la cebolla por ejemplo. El gel de aloe vera es rico en resinas, dithranol, chrysorobina, salicilates, flavonoides, polisacáridos y especialmente alantoína. Tiene propiedades antiflamatorias y antioxidantes. Se suele usar como cicatrizante "popular" pero los resultados obtenidos en relación con el acné han sido dispares. Finalmente destaca la aloesina, que es un potente inhibidor de la tirosinasa que a la vez induce la melanogénesis provocada por la radiación UV, aunque es menos potente que el ácido kójico.

Cafeína

El C. Arabica se comercializa en la forma de tres productos diferentes: granos (semillas), la fruta y el carbón de café. La cafeína extraída del C. Arabica es el principal ingrediente de productos anticelulíticos que tiene alguna suerte de fundamento científico. Según Murine la cafeína tendría efectos antioxidantes similares a los de las catechinas del té verde a la vez que mejora la textura de la piel y las líneas de expresión. El extracto de la fruta de la C. Arabica, es rica en polifenoles, ácidos ferúlicos, proanthocyanidinas y sacáridos. Dependiendo de la calidad del extracto puede llegar a ser más antioxidante que el té verde y la vitamina C. Un estudio de doble ciego llevado a cabo durante seis semanas estudió el efecto del extracto de en 20 mujeres. Se aplicó el producto por toda la cara. Los resultados fueron que hubo una mejora perceptible de la híperpigmentación (30%), un 20% de mejora en las líneas de expresión y arrugas. En un estudio pequeño con 10 mujeres contra un placebo se vio una mejora significativa de las líneas de expresión y arrugas (25% s. 3%) y en la híperpigmentación (15% vs. 5%).

Uva (Vitis Vinifera)

Son extractos ricos en flavonoides, entre ellos el famoso resveratrol pero no se limitan a este. El resveratrol a veces (bastantes) aparece en el INCI como "Vitis Vinifera Extract" así que a saber si al final lleva más taninas extraidas de la uva que resveratrol  y te lo venden a precio de oro por el cuento del resveratrol. Estos flavonoides (en conjunto, no solo el resveratrol) tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, inhiben la producción de metaloproteinasas (MMP) y estabilizan la producción de colágeno.

Setas

La variedad de hongos de las que se extraen principios activos es amplia y particularmente tienen bastante "tirón" en la cosmética asiática. En general los extractos de setas pueden contener péptidos con alta capacidad antioxidante, polifenoles, triterpenos y esfingolípidos. El extracto de seta Maitake inhibió in vitro diferentes marcadores producido por la radiación UVA sobre fibroblastos humanos. Diversas setas inhiben la producción de MMPs. En un estudio in vivo sobre 45 sujetos y con una duración de 4 semanas se observó que un complejo proteínico extraído de una seta aplicado dos veces al día indujo renovación celular. En otro estudio sobre 31 mujeres se observó que un complejo extraído de diversas setas y aplicado tópicamente mejoró el daño provocado por la radiación UV. Hubo mejoras significativas en la textura, claridad de la piel y líneas de expresión a las cuatro semanas así como una mejora de la pigmentación, daño solar y una mejora de las patas de gallo a la ocho semanas.

Pycnogenol (Pinus Pinaster, P. Maritima)

Este compuesto ya lo hemos mencionado anteriormente. Contiene una variedad de PACs y otros fenólicos como ácido ferúlico, cafeico y coumárico y polisacáridos. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, ya que "recicla" el ácido ascórbico y la vitamina E. Tomada de forma oral reduce la sensibilidad a la radiación UVB, inhibe los MMPs, etc. Los estudios que se citan son todos de consumo oral y no tópico y como ya os comenté en la entrada anexada, la verdad es que no hay mucha cosa...

...la lista podría ser larga pero aparte de ser mayormente -cuando son funcionales- antioxidantes hay algunos que en ciertas condiciones no siempre de posible uso real tienen efectos tales como blanquear (Morus Nigra, Echinacea Angustifolia, Panax Ginseng, etc.), tensar (Ginkgo Biloba, Mentha Piperita, Rosa Canina, etc.) o por ejemplo pueden tener alguna capacidad fotoprotectiva (Camellia Sinensis, Santalum Albus...hay pocos, la mayoría de los estudios usan hablan de consumo oral). En la cosmética asiática aparte de setas se suelen publicitar muchos extractos como productos blanqueantes, aun así hay que considerar con detalle si las condiciones de cada estudio son realistas y si lo son, que la dosis se emplee realmente en los productos. Podéis consultar aquí (página 328) una larga lista de hierbas y sus posibles beneficios (la mayoría más bien médicos) junto, naturalmente, a una larga lista correspondiente de referencias.

Formulación

Ahora bien, no solo el compuesto usado tiene que ser relevante, es decir, tener alguna capacidad interesante desde el punto de vista cosmético (cosa que, como vimos, es más difícil de lo que parece) sino que además hay toda una serie de retos/problemas a la hora de considerar su eficacia, algunos de ellos por ejemplo serían:

(1) ¿Lleva el producto la concentración adecuada de extracto? Y más aun: esta concentración adecuada ¿se conoce?
(2) El desarrollo de la fórmula debe cuidar los aspectos químicos y físicos pertinentes así como ser fotoestable para eliminar la posible aparición de elementos tóxicos.
(3) ¿Penetra el extracto de interés el estrato córneo en su estado activo y concentración suficiente como para manipular su célula objetivo, enzima, receptor, etc.? Esto tiene relevancia cuando planteamos una capacidad antioxidante. Hay casos sin embargo donde pueden aportar oclusividad por ejemplo u otros beneficios y no sería necesario. Este es uno de los principales problemas, máxime si consideramos que principalmente de tener algún beneficio -en general, si hablamos de extractos eficaces- es su capacidad antioxidante.
(4) ¿Cómo fijar la fecha de caducidad? Este problema es extensible a los productos que contienen antioxidantes. Además también incluye el método de preparación del producto (el uso de calor por ejemplo puede acelerar la oxidación de los mismos, etc.)
(5) El uso correcto de hierbas y extractos botánicos presupone una formación muy específica en el formulador.

Conclusiones personales

- A la luz de lo escrito la pregunta no es si es posible que los extractos botánicos tengan algún efecto, creo que está claro que sí, alguno puede ser incluso mortal. Lo que no está muy claro es si en las condiciones en que se usan en cosmética tienen algún efecto claro. No solo importa qué extracto sino qué concentración y además en qué vehículo. Tras haber leído sobre el tema a mí me queda claro que hay extractos que incluso en un uso cosmético pueden resultar interesantes, lo que no me queda claro sin embargo es que la industria cosmética los use de forma tal que sean efectivos, incluso ni siquiera como antioxidantes.

- Por otro lado a lo largo de los textos que he consultado ha sido muy frecuente y supongo que nada llamativa la equiparación del uso de extractos con "ingredientes irrelevantes" que, como dice uno de los textos "gracias a la buena percepción que tiene de ellos el consumidor hacen que un producto que de otra forma resultaría mediocre o poco llamativo sea bienvenido". No es que no se presuponga su posible efectividad o incluso posible futura relevancia dentro del campo no solo cosmético sino incluso dermatológico; más bien es una especie de opinión relacionada con su uso en la cosmética actual. Esto lo hemos comentado anteriormente en el blog y corresponde al llamado efecto halo, como expliqué en esa entrada: "incluso en personas que no tienen una preferencia personal por la cosmética natural la asociación de productos con ingredientes o imaginarios "naturales" (o sea un producto igual que el otro pero al que se le añade, por ejemplo, extracto de romero y clavo; o esa publicidad que transmite valores "eco") hace que a ojo de los consumidores el producto que por ejemplo lleva los extractos sea mejor en una variedad de aspectos, aunque en realidad son el mismo producto y la adición de extractos no afecta para nada a su funcionalidad o más concretamente a los aspectos del producto que el consumidor considera mejor en la opción que los incluye (es igual que en el caso anterior, el aroma no afecta a la capacidad de hacer espuma de un champú)." Esto queda muy bien reflejado en lo que comentamos sobre el uso de extractos no estandarizados, cosa harto común en cosmética, sobre todo cuando se los usa para dar cierta imagen o se los cita (evitando hablar de los activos reales, creo que esta es la principal función publicitaria que se les da).

-  Otro problema interesante es el uso que se hace de ellos justamente en la denominada "cosmética natural" cuando en la grandísima mayoría de casos son extractos producidos de manera masiva e industrial e incluso su proceso de extracción suele estar bastante lejos de ser "natural". Otro motivo más por los cuales creo que la etiqueta "cosmética natural" (así como la de " cosmética convencional" o cualquiera similar) no aportan ningún tipo de información interesante para el consumidor, como suele suceder el exceso de polarización conduce no más que a una simplificación burda.

- Yo personalmente suelo evitarlos, cuando las listas son enormes suelen enmascarar productos mediocres, o directamente demasiado burdos. Antes de usar una mezcla de extractos cuya presencia en la fórmula me es desconocida por su supuesta capacidad antioxidante prefiero usar un producto con algún antioxidante más conocido y estudiado (como la vitamina C, por ejemplo) y en un envase adecuado, etc. El problema no es cuando están presente y el resto del producto tiene una fórmula que garantiza ciertos beneficios, el problema para mí es cuando el producto incluye un sobrecoste por una serie de ingredientes que probablemente sean funcionalmente irrelevantes o muy poco relevantes. Depende del producto, claro. Otro caso diferente son los aceites esenciales, estos sí los evito más activamente ya que no pocas veces son irritantes/fotosensibilizantes y no tiene sentido aumentar la posibilidad de que algo me dé alergia porque sí. Suelen ser compuestos para dar un aroma concreto al producto y se usan en cantidades más bien bajas pero a priori intento elegir productos sin ellos.

¿Para vosotros los extractos botánicos mejoran la opinión sobre un producto? ¿Créeis que un producto que los lleve es más "natural"?

Fuentes

- Topical Botanics, Tracy Cornuelle, Jan Lephart; Cosmetic Formulation of Skincare Products, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 30, Ed. Taylor & Francis, Nueva York, 2006.
- Herbs in Cosmeceuticals: Are They Safe and Effective?, Carl Thornfeldt, Cosmetic Formulation of Skincare Products, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 30, Ed. Taylor & Francis, Nueva York, 2006.
- Botanicals, Carl Thornfeldt, Cosmetic Dermatology Products and Procedures, Ed. Willey-Blackwell, 2007.
- Botanical Extracts, Alain Khaiat, Cosmeceutical and Active Cosmetics: Drugs versus Cosmetics, Second Edition, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 27, Ed. Taylor & Francis, 2005.